Cuando yo era niña, mi familia y yo fuimos al festival de Renacimiento casi cada año. Es un festival que dura una semana en un campo cerca de Dayton, Ohio. Me gustó este festival porque fue una exhibición de un tiempo completamente diferente. Así que había muchísimas personas disfrazadas, comidas del tiempo, y lo más interesante-“jousting.”
La primera vez que fuimos, fuimos para ver mis vecinos, quienes les encantó el festival, y se disfrazaban cada año con disfraces super-floridos. Imaginé que fueran unos de los pocos quienes disfrazaban pero me sorprendió que la mayoría de las personas se disfrazaran. Todas las mujeres llevaron vestidas con corsés y los varones llevaron una mescla de ropa la que depende en su papel en sociedad.
La última vez que asistí hace nueve años. Como siempre vimos muchas personas disfrazadas. Mi papá y yo fuimos a un puesto y compramos unas baquetas. Las que sirven no so baquetas típicas sino grandísimas. Además, no nos las sirvieron en platos ni nada de nada, solamente el pollo y hueso.
Después de comerlas fuimos de compras. Había una gran selección de metales, ropa, y bolsas todo hecho por mano y con instrumentos interesantes. Pasemos por el festival para mirar y vimos disfraces, actuaciones de bufones, la fabricación de velas, y “jousting”.
Sin duda, teníamos que parar para ver una actuación de “jousting” porque no es algo que se puede ver cada día. Lo más, ¡no fue falso! Los varones usaron polos justas, caballos reales, golpes reales. En realidad, me dio miedo porque a veces, con golpes fuertes, los caballeros se cayeron de los caballos. Fue una experiencia única y no voy a olvidarla.
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