Venezuela, que fuera la nación más rica de América Latina, es ahora el país de las filas más largas.
El venezolano tiene que calcular en su día las horas que pasará esperando para comprar comida y los productos de necesidad básica. Las filas es lo que hoy define a Venezuela.
Venezuela es un país que espera, en pausa, frustrado con el presente e incapaz de imaginarse un futuro mejor a corto plazo. No hay salida. Por ahora.
“Pudimos detectar que de cada 10 venezolanos, seis deben hacer colas para comprar alimentos, independientemente de la clase social”, dijo hace poco el presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (ANAUCO). Y hacer fila no garantiza comprar lo que uno quiere. “En los abastos y supermercados están limitando la cantidad de productos que se pueden vender.”
Esto ha creado una nueva profesión: los “coleros”. Ellos hacen la fila por otros a cambio de unos bolívares. Venezuela debería producir médicos e ingenieros, no “coleros”.
Estamos hablando de varias horas al día haciendo filas para comprar pollo, maíz, leche y papel del baño. “Es que las colas en Venezuela para comprar comida pueden durar siete, ocho, nueve horas”, me dijo en una entrevista el ex presidente de Colombia, Andrés Pastrana.
En Venezuela hay que esperar para todo. Pastrana y el ex presidente de Chile, Sebastián Piñera -en una reciente visita a Venezuela- tuvieron que esperar horas, sin éxito, para ver en la cárcel de Ramo Verde al preso político y líder opositor, Leopoldo López. Al final, la espera no sirvió de nada. No los dejaron verlo. “En Venezuela hay presos políticos”, me dijo un frustrado Pastrana. “¿A esto le podemos llamar democracia?”
Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular, lleva ya un año en la cárcel. El régimen de Nicolás Maduro lo acusó de incitar a la rebelión. Después que López se entregara, las manifestaciones masivas contra el gobierno perdieron fuerza. Pero la lucha no terminó ahí. López se está convirtiendo en el Nelson Mandela de Venezuela y el régimen de Maduro lo sabe. Por eso no lo sueltan.
Carlos Vechio también debería estar preso. El es el número dos del partido Voluntad Popular y, al igual que López, tenía una orden de captura. Pero Vechio se escondió durante 108 días en Venezuela y, finalmente, pudo escapar. Actualmente vive en el sur de la Florida, donde conversé con él.
“A mí me fueron a buscar de manera violenta”, recuerda Vechio. “Y ahora me tocó en clandestinidad esta nueva etapa.” Vechio no quiere a Maduro en el poder pero rechaza cualquier proceso de transición que no sea democrático. ¿Un golpe de estado? ¿Invadir Venezuela? “Esa es una locura”, me dijo, “un absurdo.”
Vechio cree que la sociedad venezolana está viviendo “un cambio irreversible que no lo va a parar nadie.” ¿Cuál es la salida a la crisis actual? El cree que puede haber una renuncia de Maduro, un referendo revocatorio el próximo año e, incluso, una enmienda que recorte el mandato presidencial. Pero para eso, me dijo, se necesita del “chavismo democrático.”
¿Qué es eso? le pregunté. “El chavismo democrático es un grupo de venezolanos que creyeron en el proyecto (de Hugo Chávez) y que ahora están defraudados por una élite corrupta”, me explicó Vechio. “No hay transición posible en Venezuela sin ese grupo de venezolanos.” Su teoría es que el chavismo solo se acaba con la ayuda de algunos chavistas.
Venezuela está viviendo, me dijo, “una tormenta perfecta.” Se refería a la inflación más alta del continente, a los bajos precios del petróleo, a la violencia, al desabastecimiento de alimentos, al permiso que tiene el ejército para disparar contra manifestantes, a los 12 mil millones de dólares que guardó el gobierno chavista en cuentas suizas, a la frustración de la gente y a la incapacidad de Maduro para liderar. Quizás.
Pero lo nuevo en Venezuela es el hambre. No hay ni pan ni circo. Y filas muy largas. Eso sí acaba con cualquier gobierno y con la paciencia de los más aguantadores.
El ex presidente Pastrana cree que se puede venir una crisis humanitaria sin precedentes. Si al final de las filas no hay nada que comer, Maduro podría ser el postre. Ni siquiera los propios chavistas saldrían a defenderlo. Las ideologías no se comen.
Por Jorge Ramos Avalos.
(Febrero 16, 2015)
Una vez más el reconocido reportero estelar de Univision, Jorge Ramos Avalos, nos presenta y nos dejar sentir la frustración, carencia y angustia que actualmente sufre el pueblo de Venezuela. Un país que en su epoca de oro y sus días de apogeo era el eje de Sudamérica ofreciendo una plétora de destacados escritores como Romulo Gallegos, Teresa de La Parra.
Venezuela era un país con riquezas sin igual que ahora se encuentra en situaciones similares a las de Cuba. Pero en este caso no es una isla que dependía del dólar turístico americano sino un país que le ofrecía al mundo su trigo de las pampas, su carne de res, sus artes, y sus oros: metálico y líquido, su petróleo, la sangre que da vida a tantos otros países. Si, Chávez duplico la ¨buena vida¨ que Castro le prometió al pueblo cubano: escasez de productos esenciales para vivir; comida, líneas para todo sin garantía de que al llegar se obtendría tendría lo que buscaba y por supuesto, democracia en vez de dictadura. Creo que solo falta la ¨indoctrinacion¨ ya que Venezuela, también, tiene prisioneros políticos. Si, Chávez le hizo homenaje a su buen amigo Castro, “cubanizando” a Venezuela en todo. De nuevo, un pueblo educado y hambriento por la democracia se ha encontrado engañado por las promesas encantadoras de un fraudulento político llamado Nicolas Maduro. Quizás Chávez no le dejo el mandato a su hermano pero se lo dejo a Maduro, casi su hermano, en filosofía. ¿Qué será de Venezuela? ¿Se quedara Venezuela estancada como Cuba en los 50´s?
Aun los seguidores de Maduro, quienes ven y viven su realidad pero no demuestran su miedo, siguen apoyando a este dictador que continua acosando a este pueblo, el constante atropello a sus ciudadanos, los crímenes que se quedan impunes, la carencia de algo tan vital como son los comestibles. Creer que existe una democracia cuando hay presos políticos como en Cuba es absurdo. Desafortunadamente les ha tocado escapar a todos aquellos que no coinciden con el régimen actual, y que quizás dudan que en un futuro próximo pueda existir el regreso a la democracia. Como menciona Jorge Ramos en su articulo quizá solamente podría haber un rayo de esperanza si existiera “el chavismo democrático” lo cual quiere decir que si hubieran un grupo de venezolanos que en algún momento creyeron en las fallidas palabras de Chavez iniciaran un cambio.
Ciertamente el futuro de Venezuela parece ser que tendrá un porvenir incierto, casi sin esperanza de que volviera a su estado pre-Chavez. El éxodo de venezolanos hacia Miami, asi como a otros países en busca de la libertad que todos añoramos en nuestros países causa consternación . Espero que nuestros hermanos Venezolanos no tengan que sufrir 50 anos mas para un cambio que es inminente.
If you are representing a commercial entity, please see the specific guidelines on your participation.
© 2024 Created by Steve Hargadon. Powered by
You need to be a member of Classroom 2.0 to add comments!
Join Classroom 2.0