Entrada Nº6: Un juego

Hoy para la clase de inglés nos jugamos un juego mediante diccionarios español-inglés. Estaba en un pequeño grupo de cinco con los estudiantes de once años de edad. La suerte del juego fue en el rollo de los dados y dependiendo de donde desembarcó en el tablero le sería pide utilizar una pregunta sobre el idioma inglés, cultura inglesa, vocabulario o hechos. Porque yo era la maestra del grupo, decidí dejar uno de la victoria de estudiantes. Así que seguimos el juego y para mi sorpresa, había muchas preguntas que no sabía. Por ejemplo, ¿cuántos tipos diferentes de canguros existen en Australia? Lamentablemente, adivinado el número correcto: cien. Sin embargo, trató de ayudar a los estudiantes con sus preguntas dando pequeños toques. Lo hice con gestos y expresiones faciales porque no desea regalar fácilmente la respuesta correcta.

Como nos tocó accidentalmente no enrollado altos números me mueve más lejos en el tablero de juego. Cerca del final del juego estaba en cabeza. Trató de frenar pero roll última mina fue un seis. Los niños eran muy comprensiva y buenas deportes aunque perdieron el juego. Me sentía avergonzado para ganar y infantil cuando el profesor me dio un pedazo de caramelo. Fue interesante para mí porque en los Estados Unidos si un niño no ganó un juego que empiezan a llorar y whine Candy. Bueno quizás no cada vez, pero hemos experimentado muchas veces en el aula o al cuidado de los niños.

Hablar y comunicarse con los niños no eran extremadamente difícil porque estábamos principalmente la lectura de las preguntas. Sin embargo, los alumnos de mi clase han abierto a Sarah y yo y es mucho más fácil comunicarse, hacer preguntas y recibir respuestas de los niños. Por ejemplo, durante mi primer día de escuela fue totalmente silenciosa la clase y me sentía fuera de lugar siendo una América dieciocho año de edad en una habitación llena de jóvenes estudiantes de españolas. Pero ahora me siento como siempre he sido parte de la clase debido a mi interacción social con los estudiantes. A veces siento que lo mejor para mí es que los alumnos sepan que no temo a desordenar o ser un tonto.