Uno de los problemas que surge al traducir un texto es la idea de intertextualidad, un tipo de especificidad cultural en que el texto meta refiere a otros textos en la misma lengua. Los lectores de la lengua meta reconocen la conexión entre los dos textos, pero al traducir estas referencias, puede que la nueva audiencia no haga las mismas conexiones. Por eso, en una traducción, el traductor tiene que tener mucho conocimiento de la literatura y las tradiciones literarias de los dos idiomas para construir una correspondencia en la lengua meta. Esta idea se complica si el autor del texto fuente usa citas directas de otro texto, o citas culturales reconocibles. Aún más difícil son textos de imitación, o textos que imitan otros textos con un propósito específico. La diferencia de cultura presenta uno de los obstáculos más grandes para traductores, como demuestra el siguiente ejemplo. En Buenos Aires, la palabra "colectivo" es una referencia cultural a un bus. Pero traducir la palabra “colectivo” simplemente como “bus” resulta en una pérdida de significado porque el “colectivo” de Argentina lleva un significado cultural e historial. La palabra original podría llevar con ella ideas de comunidad, de innovación, de eficiencia, etc. basadas en la creación del sistema del "colectivo" por taxistas desesperados. En inglés, la palabra “bus” a veces lleva un estigma o imágenes de pobreza.
Existen otros ejemplos también, y iba a hablar de las diferencias del uso de tacos en español y en inglés, pero ya veo que el texto habla de esto también. Quiero agregar que, cuando estuve en España, yo enseñé inglés a chicos de escuela secundaria. Muchas veces estos chicos hablaron entre si mismos en inglés y dijeron cosas bastante fuertes. Por ejemplo, usaron “shut up” muchísimo, sin darse cuenta de la mal educación que denota la frase en inglés. En español, “cállate” no es tan fuerte. También tuve una clase de literatura en la que aprendí que muchas palabras tienen inferencias diferentes en español que en inglés. Por ejemplo, discutimos la palabra “agonía,” que para los americanos en la clase significaba un dolor intenso y prolongado. Pero mi profesor nos dijo que en español, la palabra también tiene una asociación con los momentos antes de la muerte. Otro ejemplo es la palabra “ingenuo.” En inglés, “ingenuous” significa inocente, y mayormente lleva una connotación positiva o neutra. Aprendí que en español, puede significar algo un poco negativo, más como “naive.”
A causa de la falta de correspondencia entre culturales, existe una gama de posibilidades de traducciones que favorecen más o menos la lengua meta o la lengua fuente. Una traducción exótica intenta preservar los elementos de la lengua fuente lo más posible por la transferencia de términos y nombres al texto meta sin cambiarlos o usando una traducción muy literal. En otras palabras, conserva las palabras culturales de la cultura de origen. Este tipo de traducción no ofrece información explicativa y produce un efecto exótico en el lector del texto meta. Una traducción domesticadora demuestra parcialidad hacia la cultura de la lengua meta. Este tipo de traducción es más accesible para lectores del texto meta pero no preserva tanta diferencia cultural.
La elección de una traducción exótica puede aumentar la sensibilidad cultural de lectores y representar otra cultura como una entidad dinámica y vibrante. Por ejemplo, si quieres representar un día en la vida de un granadino, podrías usar palabras como “caña,” “vale,” “hasta luego,” o “tapas” para introducir elementos culturales y producir un efecto mas auténtico para el lector. Un elemento de este tipo de traducción es el calco, o una traducción literal que no es idiomático en la lengua meta porque preserva la estructura de una expresiòn original. Las traducciones exóticas también usan préstamos culturales, o transferencias de elementos lingüísticos de una cultura a otra sin una traducción. Muchas estas palabras ya son establecidas en la lengua meta y llevan algún significado o conocimiento (por ejemplo flamenco). Una traducción domesticadora puede aumentar la accesibilidad de otra cultura y crear un entendimiento mutuo. Por ejemplo, corresponder palabras culturales a la lengua meta crea un área cultural compartida entre dos culturales. Podrías equivaler “hasta luego” con “seeya later” o “vale” con “okay.” El trasplante cultural, en que elementos específicos a la cultura del texto fuente son reemplazados en el texto meta con elementos específicos de la lengua meta, es una forma de domesticar una traducción. Otro elemento de una traducción domesticante es la transposición cultural, que implica la sustitución de elementos de la cultura de la lengua fuente con elementos nativos a la lengua meta.
A veces ocurre la supresión, o la omisión de elementos específicos de una cultura en el texto meta debido al hecho de que no existe una traducción, or como método de censura. Los autores no fomentan esta estratégia, y mantienen que la mejor solución es minimizar las diferencias en vez de maximizar equivalencia. Quizás la traducción que más acerca esta meta sería la traducción comunicativa, una traducción que selecciona elementos de la lengua meta que expresan significados y reproducen los efectos textuales del texto fuente de una manera idiomática.
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