Para mi, la cosa más difícil de aprender en el aula ha sido las palabrotas y expresiones vulgares. Cuando fui a España, me di cuenta del impacto que tienen estos aspectos en el uso diario del idioma. Es la manera en que la gente habla en situaciones informales. Pero el aula, por lo menos en los Estados Unidos, es un ambiente bastante formal. Por eso, yo sé muy bien como suavizar lo que digo, con los eufemismos por ejemplo. Pero cuando fui a España la parte más frustrante era mi inhabilidad de expresarme completamente.
Tuve una clase con un profesor que, el primer día, nos dijo que iba a "sacar el español que tenéis dentro." Aprendimos mucha jerga de los jóvenes, insultos, tacos, expresiones exageradas, metáforas, y más. Mi educación en español ha sido mayormente en una escuela bilingüe cuando tenía de 6 a 14 años. Por eso, no aprendimos materia adulta-- o lo que definimos en Estados Unidos como materia adulta. Cuando fui a España, trabajé varias horas en una escuela con estudiantes españoles de primario. Me sorprendió que los estudiantes usaron palabras como "joder" con regularidad, sin vergüenza.
Además, debido al hecho de que todos los profesores de mi escuela bilingüe vinieron de países diferentes, nunca aprendimos los matices específicos de dialectos españoles. Por eso, nunca aprendimos palabrotas, que cambian dependiendo del dialecto, sino aprendimos un español estándar, aceptable, y aburrido.
Los léxicos especializados, el registro, los eufemismos, y algunos aspectos de la variación dialectal son temas apropiados para los estudiantes jóvenes, y nos dedicamos un poco a cada uno de éstos. Pero las palabrotas no. Por eso tuve que ir a España :)
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